La promotora de viviendas Nozar protagonizó uno de los grandes concursos de acreedores de la historia de España tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Y, a la vez, se ha convertido en una de las pocas empresas que han conseguido salir de esa situación sin caer en la liquidación, como sin embargo sufrió su competencia Reyal Urbis o Martinsa Fadesa. 15 años después de aquella debacle en el sector, la vieja Nozar ha salido del concurso, ha vuelto a ganar la autonomía empresarial sin administradores concursales, ha salido de la lista de morosos de Hacienda y ya facturó el pasado año alrededor de 180 millones de euros. Incluso la banca ha vuelto a confiar en la empresa.

La compañía fue fundada en 1981 por los hermanos Luis y Juan Carlos Nozaleda. En 2009 entró en concurso con una deuda de más de 1.300 millones. Después de numerosos avatares, Nozar consiguió que se aprobara el convenio de acreedores a finales de diciembre de 2021. Ese pacto con los acreedores, con el visto bueno del Juzgado número dos de lo mercantil de Madrid, supuso quitas en la deuda de entre el 95% y el 97% para los acreedores ordinarios y sellar un calendario de pagos para Hacienda.

Nozar llegó a ser el segundo mayor deudor de Hacienda desde que en 2015 el departamento entonces dirigido por Cristóbal Montoro publicara la lista de los grandes morosos, con una cuenta a pagar por 218 millones. Tras rubricar el convenio, Nozar desapareció de esa lista negra. Aunque aún le queda por desembolsar alrededor de 50 millones a las arcas públicas.

Mientras la empresa de la familia Nozaleda intentaba salir de concurso, en paralelo, desde 2015, reinició la actividad. La compañía lanzó un plan para construir 2.535 viviendas en 34 promociones, que supondrá alrededor de 1.000 millones en ingresos.

Esa reactivación supuso que el pasado año, la nueva Nozar entregara más de 300 viviendas a sus clientes, que dieron como resultado esos 180 millones en ventas, según los datos de la empresa. Además, la previsión para 2023 pasa por alcanzar unos ingresos de entre 150 y 170 millones gracias a la entrega de alrededor de 300 casas. De hecho, el objetivo de la compañía para el futuro es mantenerse en una velocidad de crucero de 300 viviendas entregadas como mínimo anualmente.

Otras empresas del sector no tuvieron tanta suerte. Martinsa, presidida por Fernando Martín después de comprar a su rival Fadesa a la familia Jove, cayó finalmente en liquidación en 2015 tras sumar un pasivo de alrededor de 7.000 millones. Dos años después le tocó el turno a Reyal Urbis –de Rafael Santamaría–, que quebró con 4.600 millones de deuda. La realidad es que más del 90% de los concursos acaban en liquidación, según datos de Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España.

La banca volvió a confiar

En pleno concurso y con una deuda de más de 1.300 millones, la banca confió en el resurgir de Nozar. Desde 2015, diferentes entidades financieras han concedido créditos y avales por 688 millones para que la inmobiliaria de la familia Nozaleda vuelva a construir viviendas.

“El primero que confió en nosotros fue el Sabadell. Moralmente, fue clave”, asegura Pedro Ruiz-Labourdette, director financiero de Nozar. Después llegaron los créditos de Caixabank, Santander y Abanca, principalmente. Estos préstamos han servido a la compañía para financiar las obras, en una deuda que finiquita una vez que acaba la promoción y las viviendas son entregadas a los clientes.

Desde la reactivación de Nozar, la inmobiliaria ha invertido alrededor de 400 millones en compra de suelo, a una media de algo más de 50 millones al año. De su anterior etapa, la sociedad no guardaba una cartera de suelo, ya que fue vendiendo esas parcelas en su crisis.

La mayor parte del nuevo negocio, más del 50%, se ubica en Madrid. “Siempre hemos confiado mucho en el mercado de Madrid”, afirma Luis Nozaleda, presidente de Nozar, ante la alta demanda de vivienda en la región. En esa apuesta le sigue Andalucía y en menor medida Galicia, Aragón, Comunitat Valenciana y Asturias. Entre sus futuras promociones se encuentran las planeadas en el nuevo barrio de El Cañaveral en Madrid, en Entrenúcleos en Sevilla y en El Limonar de Málaga.

“La compañía está en beneficios”

Para que la compañía pueda hacer frente a su compromiso de pagos firmados en el convenio de acreedores, la compañía, obviamente, debe ser rentable. “La compañía está en beneficios”, afirma Pedro Ruiz-Labourdette, director financiero de Nozar. Aunque en el Registro Mercantil no hay cuentas presentadas de los últimos ejercicios.

En el plan de viabilidad acordado con los acreedores se pactó un pago de 286 millones, de los que ya ha desembolsado 105 millones.

A Hacienda, Nozar ya ha pagado 50 millones y le queda por desembolsar otros 62 millones.

Otros 30 millones pendientes pertenece a deuda hipotecaria (casi todo en manos de fondos que han ido comprando ese pasivo a las entidades financieras); 19 millones a acreedores ordinarios y otros seis a subordinados.

Los responsables de Nozar hacen hincapié en los ingresos que la promotora residencial está generando ahora para las arcas públicas, que cifran en 134 millones en su plan de negocio: 90 millones en IVA; 33 millones en impuesto de sociedades; 8,2 millones en distintas tasas para los ayuntamientos, y 2,5 millones en plusvalías municipales.

Fuente: Cinco Días - El País